Orquídea

Sé que a veces no menciono demasiado tu nombre…
Sé que a veces no demuestro que me haces falta…

Pero si supieras como se me quiebra el alma al nombrarte,
como sufro día tras día al recordarte, tú siempre llena de esplendor…

Fértil tierra bañada de dorado gracias a tus preciosos Araguaneyes,
donde tus brazos se colman de nieve en las alturas,
en donde cada paso te lleva a tus blancas arenas,
donde desde los Tepúes siento la mano de Dios…

Cuatros, arpas y maracas constantemente hacen llorar mi espíritu,
las sombras de tus palmas envuelven de nostalgia a mi corazón,
las voces de tus ciudades y el desenfreno de tus dulces fiestas me colman de dolor,
apagadas noches donde la luna acostumbraba a rociarme de estrellas y de amor,
amanecer los cuales hacían gozar de júbilo mi alma,
atardeceres que brindaban calor y serenidad a mí cansado cuerpo al cumplir con mi labor…

Perdóname mi siempre dulce amada,
que ya no tenga mas lagrimas para llorarte,
vivir sin ti es algo el cual debo resignarme,
porque así es la vida y ahora debo seguir adelante,
pero tu recuerdo siempre permanecerá constante,
porque yo te amo y ese sentimiento es eterno,
tranquila que yo brillaré porque ese es mi sueño,
ya que soy un eterno caminante,
y tener éxito en cualquier parte del mundo,
no es algo que me extrañe…

Dicen que todas las novias se parecen a la primera,
y yo no puedo evitar que a cada sitio que vaya llegue a enamorarme,
pero tú siempre la que precede a todas,
la que me enseño, la que me cautivo,
así que aunque siempre sea un emigrante,
parte de mi corazón te debo,
y el tuyo el cual me obsequiaste incondicionalmente,
siempre cuidare con recelo…

Por ultimo te doy las gracias mi sublime orquídea,
dadora de felices sentimientos y emociones,
por permitirme todos esos maravillosos años poder estudiarte,
por permitirme ser feliz todos esos años mientras era tu acompañante…

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