Siempre

Siempre tu mirada…
al caer la etérea noche,
en el consuelo de mis sueños,
cuando lentamente se apaga la luz que alumbra mi sendero…

Siempre tus labios…
ante el crepúsculo que baña de color a las flores,
en los rojos atardeceres sobre el firmamento,
cuando me hallo en el infierno de mis lamentos…

Siempre tu esencia…
al sentir las fragancias de la naturaleza,
ante los susurros del viento,
cuando el universo se expande ante las batallas contra mis pensamientos…

Siempre tu cuerpo…
en el frenesí de mis amadas pasiones,
ante la vehemencia del amor y del odio,
cuando observo exaltado como mana la sangre al vivir mis penas…

Siempre tú…
la dueña de mis decisiones,
quien convive con mis desvaríos sentimentales,
Siempre tú… mi reina y mi esclava…
Siempre tú… y nadie más…

Tormento


Cierro mis ojos por un instante…
comienza a caer el cielo,
agito mis brazos y junto con mi aliento,
creo olas en el océano, aspiro mi tormento…

Cierro mis ojos por un segundo…
vislumbro mi tierra, lugares ajenos,
mis manos crean ciudades, maravillas de acero,
lentamente se marchitan las flores del cerezo…

Cierro mis ojos por un minuto…
mis ojos llenos de fuego,
candentes deseos de poseer todo lo nuestro,
un espacio en el tiempo, dos corazones latiendo en su encuentro…


Cierro mis ojos eternamente…
huyo alzando en vuelo,
a donde no habita lo malo ni lo bueno,
donde avergonzado observo mi mundo sin sentimientos…

Al final, cuando me posee la luz, comprendo el mensaje de mis sueños…
domino mi carácter, la suma de mis miedos,
atiendo los consejos del viento y exhalo mi sufrimiento,
cierro mis ojos nuevamente, brotan las dulces lagrimas por aquel viejo espíritu ya muerto…